Allí se da cita la reunión motera más antigua y sin duda para muchos, la más autentica de todas. Conserva el encanto y el verdadero espíritu motero de las concentras de antes, motos, hogueras y tiendas de campaña.
Esa solidaridad de la
que presumimos desde siempre los moteros, en Arguis la encontramos intacta, con
el mismo arraigo de aquellos años que tanto nos gusta evocar.
La reunión es libre, no hay que pagar por acampar. Si quieres puedes participar con una cuota casi simbólica para ayudar a sufragar los gastos que conlleva el evento, a cambio te dan la pegatina conmemorativa, la "chapica" del año y un "caldico" de bienvenida, todo esto con muy buen humor y simpatía. Para muestra una foto de la "oficina de inscripciones"
Esta edición sí hemos tenido tiempo para subir a hacernos la tradicional foto en el tunel de Manzanera, leyenda de las rutas moteras pirenaicas, que hoy en día se encuentra cerrado.
El Bar junto a la zona de las hogueras es el sitio ideal para quedar por la tarde con los amigos y charlar de lo acontecido desde la reunión anterior.
En la web del motoclub Monrepos, organizador del evento, anuncian que es tradición llevar algo para compartir al calor de la hoguera, desde luego que sí, pronto te ves en un toma y daca de productos típicos de multitud de regiones.
En esta edición se rendía homenaje a uno de los fundadores de la reunión (Mikimoto) fallecido durante este año, fue un emotivo momento.
Un grupo de participantes amenizó la noche con magistrales interpretaciones de conocidas canciones, todo ello con buen humor e invitando a la concurrencia a la participación. Hasta yo canté, bueno, lo intenté. Supongo que el alcohol sacó lo "mejor de mi..."
Un grupo de participantes amenizó la noche con magistrales interpretaciones de conocidas canciones, todo ello con buen humor e invitando a la concurrencia a la participación. Hasta yo canté, bueno, lo intenté. Supongo que el alcohol sacó lo "mejor de mi..."
La noche avanzaba y el cansancio hacía mella, nosotros por fin nos fuimos a dormir, otros ya nos llevaban ventaja.
Pero las hogueras continúan durante toda la noche, no se apagarán mientras dure la reunión.
El despertar es duro, hemos dormido muy poco y encima los licores de la noche nos hace más difícil, si cabe, poder incorporarnos. Pero hemos de hacerlo, nos espera una dura jornada, recoger y lo que es peor, la cruel despedida.
Café en el bar y luego la parrilla al fuego para asar las sobras de la cena, es importante reponer fuerzas para aguantar el viaje de vuelta y sobre todo para diluir los líquidos ingeridos en la víspera.
... Nos despedimos, claro que nos despedimos, pero solo es un hasta el año que viene.
Comenzamos púes a contar lo que queda para la siguiente edición, entonces vuelvo a decir eso que digo siempre
- El año que viene me vendré con la Lambretta...
... y algún año lo conseguiré, otros ya lo han hecho.
¡¡ VIVA ARGUIS !!